PASO 1º:
Cocemos la pasta en abundante agua con sal, el tiempo indicado por el fabricante para que quede “al dente”. Escurrimos, refrescamos y colocamos en un bol con una poquito de aceite de oliva para que quede suelta.
Quitamos la corteza al pan y cortamos las rebanadas en cuadraditos pequeños.
Los freímos en una sartén con abundante aceite, hasta que se doren y nos queden crujientes. Sacamos sobre papel absorbente para quitarles el exceso de grasa y reservamos.
Con un sacabocados sacamos unas bolas de melón (foto 1ª). El agua que queda en los agujeros formados, la reservamos en un vaso para añadírsela a la vinagreta y aligerarla.
Picamos el jamón en tiras.
Lavamos las hojas de lechuga en agua fría con hielos, de esta forma se volverán más tersas. Secamos bien y las cortamos en trozos medianos. Colocamos en un bol, e instantes antes de montar las ensaladas aliñamos con una pizca de sal y la cucharada de aceite. |
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PASO 2º:
Para elaborar la vinagreta, mezclamos en un cuenco sus ingredientes (foto 2ª). Le vamos añadiendo el agua del melón, aligerando la vinagreta hasta conseguir la textura deseada, para napar nuestra ensalada. Probamos y ponemos a punto de sazonamiento.
En el momento de servir las ensaladas, disponemos en el centro de los platos ayudándonos de un aro redondo un poco de pasta. A su alrededor ponemos las hojas de lechuga previamente aliñadas. Colocamos por encima de una forma ordenada, los diferentes ingredientes, las bolitas de melón, los costrones de pan frito, las tiras de jamón y las pipas de calabaza. Terminamos aliñando todo el conjunto de la ensalada, con la vinagreta de yogur y lima (foto 3ª).
NOTA: las ensaladas han de montarse en el último momento antes de servirlas, para que la lechuga no se reblandezca por el ácido de la lima, al igual que los costrones por la humedad de los otros componentes.
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