Los ingredientes ( 4-6 und.) ( foto 1ª):

- 1 taza de harina
- 1 taza de leche
- 3/4 de taza de ricotta o requesón
- 1 huevo
- 1 cucharada de azúcar
- Un limón.
- Una cucharadita y media de levadura en polvo
- Un cuarto de cucharadita de sal

  Batimos el huevo en un bol, le añadimos el azúcar y el queso ricotta y seguimos batiendo. Añadimos dos cucharadas de zumo de limón y un poco de la ralladura de su piel.
 Agregamos la leche lentamente, sin dejar de batir la masa.
 Por último, añadimos la harina tamizada, mezclada con la sal y la levadura, poco a poco, removiendo al mismo tiempo para que no se formen grumos. Debe quedar una masa fina y fluida. Dejamos reposar durante 10 minutos aproximadamente.
 Ponemos una sartén antiadherente pequeña a fuego medio. Untamos la superficie con un poco de mantequilla y con la ayuda de un cucharón vertemos un poco de la masa, procurando agitarla un poco y tomarla desde el fondo del bol.
 La esparcimos por todo el fondo, moviendo por el mango la sartén con movimientos circulares para dar forma a la tortita. Dependerá de la cantidad de masa el grosor que le queramos dar.

Cuando veamos que la superficie de la tortita se empieza a cubrir de burbujas y los bordes empiecen a dorarse, es hora de darle la vuelta. Con una espátula vamos despegando los bordes. Una vez que ya los bordes están despegados, deslizamos la espátula bajo uno, levantamos la tortita y le damos la vuelta (foto 2ª).
 Una vez que estén cocinadas por ambos lados, las sacamos a los platos y las servimos acompañadas de miel (foto 3ª).
  Aunque la miel, le va fenomenal, también se pueden a compañar de nata montada, sirope de maple, chocolate etc.
  NOTA: La ricotta o requesón (en España) es un producto lácteo similar al queso, obtenido de un segundo procesamiento del suero lácteo producido como derivado en la elaboración de quesos de pasta blanda. El sabor y el valor nutricional dependen en gran medida de la leche empleada. La de vaca, tiene muy poca grasa.