ROSQUILLAS DE ANÍS
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Ingredientes:
- 250 gr. de harina
- 100 gr. de azúcar
- 2 huevos de caserío pequeños
- 1/2 sobre de levadura
- 30 grs. de anís
- Un limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Aceite de oliva suave o de girasol para freír |
PASO 1º:
En primer lugar, limpiamos muy bien la piel de un limón, la secamos y sacamos con un pelapatatas unas tiras sin coger parte blanca. Ponemos 3 cucharadas de aceite de oliva en una sartén a fuego suave con las peladuras de limón, y dejamos durante unos minutos que se aromatice, pero con cuidado de que la piel no coja color. Dejamos enfriar, colamos y reservamos.
En un bol, batimos los huevos con el azúcar. Agregamos el aceite aromatizado, el anís y seguimos batiendo.
Mezclamos la harina y la levadura. La incorporamos al bol, tamizándola con un colador.
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PASO 2º:
Amasamos primero con una espátula (foto 1ª), y después con las manos, hasta que la harina se integre totalmente.
La masa se tiene que despegar de las paredes del bol y que no se nos pegue en las manos.
Si no es así, le añadimos un poco más de harina tamizada.
Tapamos con film, y dejar reposar durante unas horas, o mejor, hasta el día siguiente en la nevera.
Sacamos la masa y la ponemos encima de una superficie lisa. Amasamos un poco de nuevo, y formamos bolitas del mismo tamaño. Con cada una de éstas, hacemos unas tiras, uniéndolas por los extremos formando rosquillas (foto 2ª).
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PASO 3º:
En una sartén honda con abundante aceite, a fuego medio, freímos las rosquillas, hasta que cojan un color dorado oscuro (foto 3ª). Se tienen que dorar por fuera y que se nos hagan por dentro, por lo que tendremos que jugar con la temperatura del fuego.
Sacamos sobre papel de cocina, para eliminar el exceso de aceite y si queremos las espolvoreamos de azúcar por encima.
Dejamos enfriar antes de comerlas (foto 4ª).
Aguantan bien un par de días, en un tarro bien tapadas. |
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