PASO 1º:

 Ponemos el zumo junto con la ralladura al fuego. Mezclamos la pectina y los 25 grs. de azúcar (foto 1ª) y lo incorporamos. Cuando empiece a hervir, retiramos del fuego y trituramos (foto 2ª), para que la piel se integre perfectamente y no nos queden luego trocitos.
 Ponemos de nuevo a fuego medio y dejamos que hierva durante dos minutos. Incorporamos entonces los 250 grs. de azúcar en varias veces, para que no disminuya en exceso la temperatura, removiendo con una varilla, para que se integre.

PASO 2º:

 Seguido añadimos la glucosa, removemos bien hasta que la mezcla alcance los 107º C. (fotos 3ª y 4ª).
 Hay que tener paciencia, porque tarda en alcanzar la temperatura un rato (y va espesando…)  y remover con frecuencia para que el fondo no se queme.
 Una vez alcanzado los 107º, bajamos el fuego y mantenemos a esa temperatura durante un par de minutos más. Retiramos del fuego, añadimos el zumo de limón, y lo mezclamos bien.
Vertemos la mezcla en moldes de silicona con formas pequeñas. O en uno grande tipo Plum-cake, vertiendo la mezcla hasta alcanzar el grosor que queramos dar a nuestras gominolas (foto 5ª).  

PASO 4º:

  NOTA: Hay que tener cuidado al rallar la naranja. En primer lugar hay que lavar la naraja bien, frotándola con un cepillito, porque suelen llevar ceras y productos químicos para su conservación. Hay que procurar no rallar la parte blanca, para que no amargue.
  También hemos hecho unas gominolas con frambuesas, triturando la fruta previamente y pasándola por un colador fino para quitarle las semillas y obtener su pulpa. Hemos usado las mismas cantidades y la misma técnica para su elaboración que la utilzada para las de naranja.
  El termómetro que hemos utilizado lo compramos en Ikea , muy baratito y muy práctico para recetas de este tipo y para comprobar el punto de cocción de las carnes.