- 400 gr. de fresas
- 3 naranjas de zumo
- Una hoja de gelatina
- 3 yogures griegos
- Azúcar
- Hojitas de menta

PASO 1º:

 Hacemos un zumo con las naranjas. Calentamos una pequeña parte y disolvemos en ella la hoja de gelatina remojada y escurrida. Juntamos con el resto y lo vertemos en un tupper. Al añadir la gelatina conseguiremos que el granizado al emplatarlo, aguante más tiempo sin soltar agua. Tapamos y lo metemos en el congelador hasta el día siguiente.
 Limpiamos las fresas con agua, sin quitarles el pedúnculo (foto 1ª). Una vez limpias, les quitamos el pedúnculo y las cortamos en seis u ocho trozos, dependiendo del tamaño.
 Batimos los yogures y los endulzamos al gusto con un poco de azúcar o con edulcorante.
 Ponemos en el fondo de los vasos donde vamos a servir una parte de la crema de yogur. Encima colocamos las fresas troceadas. Guardamos en la nevera hasta el momento de servir.

PASO 2º:

Cuando vayamos a servir el postre, sacamos del congelador el tupper con el zumo congelado y con la ayuda de un tenedor rascamos la superficie para sacar escamas y convertir el zumo congelado en un magnífico granizado (foto 2ª).
Sacamos los vasos de las fresas de la nevera y distribuimos unas cucharadas de granizado por encima. Decoramos con unas hojitas de menta y servimos inmediatamente. Un postre refrescante y lleno de vitamina C. (foto 3ª)
NOTA: Podemos tener todos los preliminares hechos con antelación y montar el postre en el momento de servir. También podemos hacer el granizado con zumo de mandarina.
Podemos añadir a las fresas unas gotas de vinagre de Módena que acentuará su sabor.