PASO 1º :

 Picamos la cebolleta en trozos pequeños y la sofreímos en una sartén con un poco de aceite de oliva.
  Quitamos la piel a la morcilla y la picamos. Incorporamos ésta junto con la cebolleta y dejamos que se haga, intentando que se desmenuce y se incorpore a ella. Condimentamos con pimienta recién molida.
  La morcilla al freírla, soltará parte de su exceso de grasa, la cual quitaremos, inclinando la sartén, para que ésta quede en la parte de abajo y poder retirarla fácilmente, con ayuda de una cuchara (foto 1ª).

PASO 2º :

 Cuando esté cocinada, añadimos 2 ó 3 cucharadas de la bechamel y unimos todo.
  Sacamos el relleno a un plato y esperamos hasta que se enfrié.
 Cuando la masa esté fría, rellenamos los pimientos con ayuda de una cucharilla de café. (foto 2ª)
 Por otra parte, añadimos a la bechamel, las cucharadas de tomate, y cuatro o cinco pimientos (utilizaremos los que vengan rotos o en peor estado). Trituramos todo para obtener la salsa (foto 3ª) y la ponemos a punto de sal.

PASO 3º :

 Colocamos los pimientos rellenos en una cazuela de barro o un plato hondo, los cubrimos con la bechamel roja y los espolvoreamos con queso rallado. Metemos en el horno, con el gratinador encendido, y cuando estén gratinados los servimos....y a comer. (foto 4ª).