PASO 1º:
Picamos las chalotas finamente y reservamos la mitad para la salsa. Rehogamos en una sartén con un poquito de aceite de oliva. Cuando estén pochadas añadimos tres o cuatro pimientos troceados y un vaso de vino. Dejamos reducir al máximo y enfríamos.
Mezclamos en un bol el queso con el bonito escurrido (reservamos el aceite). Añadimos el zumo del limón y las verduras rehogadas anteriormente y lo trituramos. Incorporamos un par de cucharadas del aceite del bonito poco a poco, y seguimos triturando hasta conseguir una masa cremosa (foto 1ª). Probamos de sal y metemos durante unas horas a la nevera para que coja consistencia. Introducimos la farsa (el relleno) en una manga pastelera, para facilitarnos el trabajo y rellenamos los pimientos (foto 2ª).
|
|
|
PASO 2º:
Para la salsa pochamos la otra mitad de las chalotas en un poco de aceite. Añadimos el vino y dejamos que reduzca a un tercio. Dejamos enfriar y se lo añadimos a un vaso de mahonesa que hacemos o compramos (con aceite de oliva). Trituramos con la batidora y ponemos a punto de sal.
Para servirlos, napamos la mitad de los pimientos con la salsa, y le ponemos un poco de aceite de perejil para decorar (perejil con aceite triturado) (foto 3ª). El resto de la salsa la ponemos en un cuenco por si los comensales quieren más.
NOTA: El vino que utilicemos ha de ser muy afrutado, tipo Albariño o Txakoli. También valdría champán, o vermut. Y sobre todo el bonito, un buen bonito del norte en aceite de oliva.
La manga pastelera que he utilizado es desechable (son económicas). No le he puesto boquilla, solo he cortado la punta de un grosor adecuado para rellenar los pimientos. Un plato frío que se puede tener hecho con antelación tanto el relleno, como la salsa y montarlo en el último momento.
|