ENSALADA DE PASTA CON VIANGRETA DE MELÓN
En esta receta que os presento a continuación, solo quiero dejar constancia de la gran variedad de vinagretas que se pueden elaborar, con las que vestir nuestras ensaladas. La vinagreta clásica lleva tres partes de aceite, una de vinagre y una pizca de sal. Podemos jugar cambiando alguno de estos elementos, vinagre de Módena, de Jerez, …, limón (en su sustitución), aceite de oliva, de girasol…
Pero también podemos añadir otros elementos como frutas: cerezas, mango, piña, ..., para conseguir vinagretas diferentes a las que estamos acostumbrados, que le darán frescor, así como, utilizar en lugar de frutas o combinadas con estas, distintas hierbas aromáticas (cebollino, orégano…) o verduras (pimientos del piquillo, espinacas…). Incluso otros productos como mostaza, nata, miel, caldo concentrado, anchoas, etc., que le aportarán diferentes sabores. O simplemente azúcar para rebajar la acidez del vinagre.
En esta receta hemos utilizado melón, que añadirá dulzor, frescor y sabor a la ensalada, y combina perfectamente tanto con el marisco, como con el jamón.
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Ingredientes (4 pers.):
- 250 grs. de pasta
- Una bolsa de brotes de lechugas variadas
- 16 cigalas pequeñas
- 100 grs. de jamón ibérico
- 75 grs. de pistachos
*Para la vinagreta de melón:
- Una rodaja de melón
- Una cucharada de vinagre de Módena
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal gruesa
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PASO 1º:
En primer lugar, cocemos las cigalas. Para ello ponemos un cazo con agua a hervir y sazonamos un poco menos que de costumbre, ya que emplearemos el agua de cocción para la elaboración del pasta. Una vez el agua hierva, introducimos las cigalas y las dejamos unos según su tamaño de 2 a 3 minutos, hasta que floten (foto 1ª). En ese momento las sacamos con una espumadera sobre un bol con agua fría sazonada con hielos, para parar su cocción. Una vez enfriadas (unos segundos), las retiramos sobre una fuente y las pelamos.
A continuación cocemos la pasta en el agua de cocción de las cigalas, con un chorrito de aceite, a fuego suave para que no se agarre al fondo de la cazuela. La dejamos cocer hasta que la pasta esté "al dente", que quede blanda, pero que tenga textura al morderla. Vamos comprobando el punto de cocción, un par de minutos antes del tiempo indicado por el fabricante. |
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PASO 2º:
Una vez cocida, refrescamos levemente, pasándola por agua fría (con esto conseguiremos que nos quede suelta), la escurrimos muy bien con ayuda de un colador, y reservamos hasta que se enfríe.
Si vamos a tardar un tiempo en utilizarla, la rociamos bien con un chorrito de aceite de oliva, para que forme una película en cada porción y no se pegue.
Para elaborar la vinagreta, colocamos en el vaso de la batidora, la pulpa de melón en dados, rociamos con una cucharada de vinagre de Módena y una pizca de sal. Dejamos macerar unos 3 minutos y trituramos (foto 2ª)(podemos colarlo si vemos que han quedado grumos, pero no es necesario). A continuación, vamos añadiendo poco a poco el aceite y seguimos batiendo hasta que emulsione.
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PASO 3º:
Lavamos y secamos bien la rúcula, los canónigos y el resto de brotes. Tostamos unos segundos los pistachos en una sartén sin aceite para potenciar su sabor.
Colocamos en un bol grande las lechugas, la pasta cocida, aliñamos con la vinagreta de melón (foto 3ª) y mezclamos con cuidado.
Disponemos en los platos dándole volumen y distribuimos por encima, decorando el plato, las cigalas peladas, unas lonchas finas de jamón y unos pistachos (foto 4ª).
NOTA: si compramos una bolsa de lechugas, hasta abrirla para su utilización, la guardaremos cerrada en la nevera. Estas bolsas contienen un atmósmera especial que hace que la verdura aguante más tiempo tierna. Pero una vez abierta, si sobra, es mejor sacar la lechuga de la bolsa y guardarla en la nevera en un bol sin tapar.
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