PASO 1º:

 Primero limpiamos el pollo, le quitamos la piel, y troceamos. Picamos las cebollas y las ponemos en una cazuela. Colocamos encima los trozos de pollo. Añadimos el perejil y el cilantro picado, una pizca de canela, pimienta molida, sal, unas hebras de azafrán, una cucharadita de jengibre molido y una buena cucharada de Ras el Hanout (foto 1ª). Por último añadimos un buen chorro de aceite. Ponemos al fuego, rehogamos y vertemos un vasito de agua. Tapamos y dejamos cocer a fuego lento unos 35-45 minutos, hasta que el pollo este bien tierno y se desprenda fácilmente su carne. Durante la cocción le damos unas vueltas para que se haga bien por todos los lados.
  Cuando el pollo esté cocido, lo sacamos de la cazuela sobre una fuente (foto 2ª) y dejamos enfriar, para poder manipularlo con las manos.

PASO 2º:

Cuando haya enfriado, le sacamos toda la carne deshilachándola, y la depositamos en un bol. Le añadimos un par de cucharadas del caldo y mezclamos para que quede la carne jugosa.
 La cebolla y el caldo restante lo ponemos en una sartén y lo dejamos que reduzca, evapore el caldo, y se quede prácticamente seco. Añadimos entonces una cucharada de miel y mezclamos bien. Incorporamos los tres huevos sobre la cebolla y dejamos que se cocinen a fuego muy lento (foto 3ª), mezclando con una cuchara de madera poco a poco para que los huevos se integren bien, hasta formar unas especie de revuelto seco, pero jugoso (foto 4ª). Reservamos.

PASO 3º:

 Por otra parte en una sartén, ponemos una cucharada de aceite de girasol, añadimos las almendras y las freímos a fuego medio-alto, moviendo constantemente para que no se nos quemen. Tienen que quedar ligeramente tostadas, pues si nos pasamos, amargarán. Cuando las hayamos frito, las ponemos en papel absorbente para quitarles el aceite. Picamos en un robot las almendras, con una cucharada grande de azúcar glace y media cucharadita de canela. Añadimos un chorro de agua de azahar y mezclamos para formar una especie de pasta de almendra (foto 5ª).

PASO 4º:

 Cogemos un molde de tarta redonda desmoldable, y lo untamos de mantequilla. Cubrimos el fondo con hojas de pasta brick de la siguiente forma: Primero colocamos dos en el centro y luego cuatro en los lados dejando el sobrante que cuelgue por los bordes. Untaremos todas ellas de mantequilla, para que se adhieran perfectamente.
 Distribuimos encima el revuelto de cebolla. Sobre éste colocamos el pollo desmenuzado (foto 6ª). Colocamos otra hoja de brick untada de mantequilla y extendemos por encima la pasta de almendra picada (foto 7ª).

PASO 5º:

  Cubrimos con una hoja de pasta. Pintamos de mantequilla y cubrimos con los bordes que colgaban del molde (foto 8ª).
 Por último volvemos a colocar otra hoja que cubra todo recogiéndola por debajo del molde (foto 9ª). Es muy importante que siempre pincelemos cada hoja con mantequilla, para que se adhiera bien y se forme un pastel uniforme. 

PASO 6 º:

  Untamos toda la superficie de la pastela con mantequilla y la horneamos con el horno precalentado a 190º C durante 35 minutos, hasta que nos coja un bonito color dorado. Cuando llevemos 25 minutos, quitamos el aro del molde, para que se nos dore tambien los laterales (foto 10ª).

PASO 7 º:

 Sacamos del horno y a la hora de comer, espolvoreamos por encima de azúcar glacé. Decoramos con un poco de canela en polvo y unas almendras (foto 11ª).
 Cortamos en porciones y servimos (foto 12ª) .
 NOTA:las hojas de pasta brick las sacaremos del frigorífico en el momento de hacer la pastela (para que no se resequen). Despegaremos las hojas una a una según las vamos utilizando. El resto es conveniente cubrirlas con un paño húmedo, para que no se sequen.
 La pasta brick se encuentra fácilmente en la mayoría de grandes superficies, en la sección de masas refrigeradas para pizzas, hojaldres…etc.